CON ÍMPETUS DE AMOR


Niño y viejo a la vez
su rostro habla de bondad,
empeño, calidez
y serena humanidad.

Salido de catorce hermanos
llegó envuelto en melodía,
con sus propias manos
modeló tremenda sinfonía.


Me introdujo en su mundo
de charangos contrapuestos
sitio profundo
de esperanza y sufrimientos.

Cuando el suelo se movió
mi voz se hizo pequeña
su brazo firme me envolvió
en sus ojos ví una seña.

Como hierro de voz clara
separó nube y claridad
sus argumentos son la vara
aliento sin fragilidad.


Hoy atiende un mundo nuevo
de pequeñas criaturas
que fabrican sin relevo
un torrente de dulzura.


Mientras el arrullo del alerce
y sonidos de la tierra existan
como centinela de tesoro ejerce
y sus ímpetus de amor se alistan.

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