Hoy amanece y
veinticinco soles me saludan
un suave encantamiento
me envuelve y me confunde.
Despierto en un capullo
tibio como arrullo.
Destellos sutiles me invitan a abrir los ojos.
Me miro y no sé
si soy doncella, colibrí o girasol.
Mi hermana es luciérnaga
mi hermano es el león.
Tal vez sea aurora
tal vez sea ilusión.
Este bosque de visiones
me trae mil olores,
lavandas
madreselvas y
jazmines.
He perdido la conciencia de mi edad
y mis límites en lo corporal.
Puedo volar,
salir de la frondosidad
me desprendo de la primavera
me elevo grácil y contenta.
Al llegar al umbral
un fulgor impresionante:
es un rayito de amor
de mi Padre Celestial!
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